En este artículo vamos a tratar la importancia de cuidarnos a nosotras mismas, principalmente cuanto peor nos encontramos, con actividades que nos hagan sentir bien y no machacándonos con mensajes culpabilizadores o autodestructivos.

En ocasiones estamos muy pendientes de los demás, cuidamos a los demás, sabemos cómo aconsejarles y cómo hablarles para hacerles sentir mejor, sin embargo, ¿qué pasa cuando somos nosotros los que no nos encontramos bien psicológicamente?
Todo el mundo tenemos momentos de malestar, de estar más tristes, más nerviosos, más ansiosos, y es en estos momentos cuanto más tenemos que cuidarnos, evitando las críticas hacia nosotros mismos, la culpa, etc. y cuidarnos adecuadamente, para mejorar nuestro bienestar.
Cuando nos encontramos mal emocionalmente, a veces hacemos cosas que nos hacen sentir todavía peor y esto es autodestructivo. Hay personas que tienden a hacer cosas que saben que les perjudican o cosas que les hacen sentir peor, como alimentarse mal, consumir sustancias tóxicas, o simplemente quedarse en modo sedentario sin hacer nada. Preguntémonos ¿Esto es bueno para mí? y pensemos que si no me hace bien, es mejor no hacerlo.
Cuando nos sentimos mal, podemos buscar momentos para intentar hacer cosas que me hacen bien, cosas que me gustan, actividades agradables, suaves, placenteras, antiestresantes, para poder encontrarnos mejor y no hundirnos todavía más.
Si seguimos criticándonos, culpabilizándonos o enfadándonos con nosotros mismo por estar así, todavía nos sentiremos peor y será más difícil salir del malestar. Igual que hacemos cuando animamos a los demás, intentemos empujarnos hacia arriba y cuidar todo lo que hay en nosotros: nuestras necesidades, nuestras emociones, es decir, nuestro yo profundo. Y cuidarnos más cuanto peor estamos.

Es positivo también tener en cuenta el hecho de poner límites a nuestras propias responsabilidades y no cargar con el mundo. Cuidarse a uno mismo es saber también hasta dónde podemos llegar, y llevar solo aquella carga que nos permita vivir cómodos, sin cargar con excesivas responsabilidades. Permitirnos tener nuestro espacio y atender nuestras necesidades, sin culpa por no estar en todo.
Otro aspecto importante para el autocuidado es el poder permitirnos equivocarnos y cometer errores. Comprender que podemos tener errores y que estos nos sirven para hacerlo mejor la próxima vez. En estas ocasiones, me ayudo a mi mismo a hacerlo mejor con mensajes positivos, comprensivos y alentadores, me empujo hacia arriba, me animo y me doy esperanzas, ¡ya acabaré aprendiendo!
La autoexigencia y los mensajes que nos damos a nosotros mismos pueden llegar a ser muy dañinos.
¡Así que ojo con esto! Cuida la forma en que te dices las cosas, ¡Trátate bien! Evita la culpa y la crítica y cuida aquello más preciado que tienes: ¡tú mismo!
Cuidarse a uno mismo, en todas las áreas y en todos los aspectos, es un aspecto clave para el bienestar personal.

Deja una respuesta